Secreto idilio
(por Emilio Nicolás)
Digitalizados los segundos que esperan a verme pestañear
Para burlarse una vez más, para obligarme a no olvidar
Secretos de almohada que conmigo he de llevar,
que se ahogan en un suspiro cuando el nudo vaya a atar.
Y fatigado
pero renovado
resisto el ataque de los demonios al caminar.
Están pero no los veo
cuando amanece se han de callar,
y por las tardes giran a mi entorno
y de sus risas, a mis oídos hacen gritar.
Cruel destino que no está en mis manos,
más desearía, como a una marioneta,
tomarlo, manejarlo, llenarlo de hilos
y colgarlo en mi recinto.
Pero el telón se cierra
y se dan vuelta los papeles,
soy un muñeco
presa
de esta actuación
que los espíritus llamaron idilio.
Y así, embriagado por el recuerdo de su voz
al acostarse los niños
Así,
ensordecido por su grito mudo
y por su tembloroso cuerpo entumecido
Me muevo por las calles sin emitir algún ruido.
Y le pregunto a los astros
si podré vivir así, con este castigo
De celebrar un amor, sólo conmigo
Y el silencio es la respuesta
y es todo lo que se me ha pedido.
Más cierro los ojos ante dicho fastidio,
y regreso a mi cama a dar vueltas y suspiros.
¿Quién ha de controlar lo que no mueven los sentidos?
Si soy muñeco y quien juega conmigo es el designio
Entonces mis sentidos son más fichas, y yo soy el destino
Y enredado en mis propios pensamientos, construyo mi propio laberinto
En donde veo su rostro colgado en cada recinto
A dondequiera que vaya están sus ojos clavados en los míos
De nuevo su voz nerviosa y mi dolor al sentirlo presa,
presa de un falso alivio.
Quien pudiese llegar
a su centro,
a su esencia,
a su laguna repleta de lirios.
Y sumergirse en sus recuerdos,
en sus años
y en sus caminos.
Beber de su agua,
de su sangre
y de lo prohibido.
Quien pudiese nadar y recorrer cada uno de sus caminos...
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(por Emilio Nicolás)
Digitalizados los segundos que esperan a verme pestañear
Para burlarse una vez más, para obligarme a no olvidar
Secretos de almohada que conmigo he de llevar,
que se ahogan en un suspiro cuando el nudo vaya a atar.
Y fatigado
pero renovado
resisto el ataque de los demonios al caminar.
Están pero no los veo
cuando amanece se han de callar,
y por las tardes giran a mi entorno
y de sus risas, a mis oídos hacen gritar.
Cruel destino que no está en mis manos,
más desearía, como a una marioneta,
tomarlo, manejarlo, llenarlo de hilos
y colgarlo en mi recinto.
Pero el telón se cierra
y se dan vuelta los papeles,
soy un muñeco
presa
de esta actuación
que los espíritus llamaron idilio.
Y así, embriagado por el recuerdo de su voz
al acostarse los niños
Así,
ensordecido por su grito mudo
y por su tembloroso cuerpo entumecido
Me muevo por las calles sin emitir algún ruido.
Y le pregunto a los astros
si podré vivir así, con este castigo
De celebrar un amor, sólo conmigo
Y el silencio es la respuesta
y es todo lo que se me ha pedido.
Más cierro los ojos ante dicho fastidio,
y regreso a mi cama a dar vueltas y suspiros.
¿Quién ha de controlar lo que no mueven los sentidos?
Si soy muñeco y quien juega conmigo es el designio
Entonces mis sentidos son más fichas, y yo soy el destino
Y enredado en mis propios pensamientos, construyo mi propio laberinto
En donde veo su rostro colgado en cada recinto
A dondequiera que vaya están sus ojos clavados en los míos
De nuevo su voz nerviosa y mi dolor al sentirlo presa,
presa de un falso alivio.
Quien pudiese llegar
a su centro,
a su esencia,
a su laguna repleta de lirios.
Y sumergirse en sus recuerdos,
en sus años
y en sus caminos.
Beber de su agua,
de su sangre
y de lo prohibido.
Quien pudiese nadar y recorrer cada uno de sus caminos...
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emi.. siempre te leo.. por ahí me olvido de comentar.. me encantan.. todos menos uno creo.. y te lo dije ajjaja hay tan mala ajajaja....
ResponderEliminarsos lo mejor profe!