lunes, 10 de noviembre de 2014

Andar dormido, soñar despierto


Andar dormido, soñar despierto
(por Emilio Nicolás)




Quiero dormir y no quiero. Es este inmenso día entre el comienzo de la primavera
y el final del invierno. Quiero taparme y quiero dormir descubierto.
Y en las paredes acarician tus dedos, en todas partes en todas las casas en todos los sueños.
¿Y si me pierdo y te veo? ¿Y si me duermo y te encuentro? Me encojo y doy vueltas, como aquel día
El día del miedo.

Me siento solo y enfermo. Con las palabras justas en
el momento más desarmado. 

En el no-momento.

Que se despierte, que no duerma más, que venga ahora.
Le dice al viento.

Y yo, que repito esas palabras, medio dormido, medio despierto:

yo, todo el tiempo
yo, todo el tiempo

Y lloro sin derramar una lágrima
¡Cuánto lloro!

La sombra de una nube oscurece mi ceño

Y pasa

Riendo

Y le digo al mundo que un millón de enseñanzas y sonrisas sabias
se perdieron

que el reloj corre para atrás y que todo vuelve a su lugar de origen
que nunca nada fue cierto

Y no me escuchan y doy vueltas en la cama, agarro la almohada, deshago las frazadas
se apaga el incienso


Es este el día más largo, entre el comienzo de la primavera
y el final del invierno