lunes, 16 de diciembre de 2019

El niño rojo


El niño rojo
(por Emilio Nicolás)


Nadie te dedicaría poemas tan sofisticadamente sentidos
que te reflejen tanto
como yo


De entre el enmarañado cabello, que no era suyo
asomaba su rostro
desafiante
explosivo
no eran sus facciones, las que contemplé
era él

la oleada se sintió como una brisa
no hubo astillas y el veneno
sabía a chocolate
relamí mis labios como aquella vez
¿querés un beso?

su mano en mi cintura
suave
infantil

mi mano entre sus vellos
mis ojos en sus ojos

tan negros

y ese cabello enmarañado que no era suyo ahora se desenvolvía como una mancha bien negra que lo ensuciaba todo
¿Pretendes mancharme aún más?
¡Qué iluso!

Me senté sobre el borde de la cama mirando al suelo, pensándolo un reflejo y estabas del otro lado
ni siquiera al lado
del otro lado

Y mis suspiros se los tragaba un no sé quién
que me miraba enamorado
pobre señor
¡No hay nadie como tú! torciendo mis labios
me dolían las mejillas
aquel sonrió y se vistió para irse
sin aquellas mentiras mágicas
no volvería
y yo no tendría la posibilidad de
hacer de cuenta
que de entre ese cabello enmarañado que no es tuyo
saldrías de entre las tinieblas
rojo

bien rojo

como vos
niño

bien rojo

y me mancharías por completo
bien hasta el centro