lunes, 23 de abril de 2018

Entendimiento






Entendimiento
(Por Emilio Nicolás)





Cuando era adolescente le tenía mucho miedo a las mentiras


El mismo era producto de un miedo mayor, como si de la rama de un árbol gigante se tratara

Los árboles no son fáciles de quitar, y en cierto modo me da mucha pena arrancarlos

Son necesarios

Por lo general dejo que otros lo hagan, porque yo no puedo

Recuerdo el árbol del jardín de mi casa, que quitaron para que mi hermana pudiera construir en ese espacio la suya

Sufrí mucho por él

No por mí

Y me quedé con el último pétalo de su última flor

Y también con su última espina

Las  ramas, en cambio, son como heridas que no matan 

Son marcas tatuadas con sangre seca

y dura

No he tenido escrúpulos en quitar las ramas de un árbol insípido al que se le ocurrió crecer justo frente a mi ventana

Ya me era imposible ver el cielo

Se metían por entre la reja y golpeaban el vidrio, solo para avisar que iban a entrar

No pidiendo permiso

Así que me salí un poco de mis pacíficas estructuras


¡Y las arranqué!

Fue tan divertido

Hasta mi madre, quizás en un arrancón por querer sentir algo de vida, quiso participar

Recuerdo que cayó al suelo mientras sujetaba una que parecía elástica

Y reímos y yo no dejaba de decir que era peligroso para ella

Pero también reía

Al final quitamos algunas

Y ahora sigo sin poder ver el cielo

Pero veo aves

Sí.... 

Decididamente no puedo arrancar árboles, pero sí ramas

Mi miedo a las mentiras solía ser una rama

Ahora soy inmune

Porque las leo

Las percibo

Las detecto

Veo los ojos de quien miente, bailotear entre las nubes y las grietas de las baldosas

Los persigo y no los encuentro

Entonces sonrío y me rasco el pelo

Y me recuerdo, atemorizado, y me veo de nuevo

Las personas son tan frágiles

Tan predecibles

Tan manipulables...

Y yo también

Quisiera no sentirme uno más del montón porque entiendo todo ahora

pero aún hay cosas que no puedo controlar

porque el árbol sigue

Porque todavía temo perder lo que añoro y aún no tengo

Porque aún me veo repitiendo modelos viejos, en pequeñas medidas

controlables

fáciles de armar

de pintar

de proyectar

porque ya conozco las mentiras ¡Vaya que las conozco!

Porque me miro al espejo y no puedo retener las pupilas

Sin intentar desviar la mirada

a las grietas

de las baldosas

de mi propio suelo