Inocencia perdida
(por Emilio Nicolás)
De eso se trataba, entonces
Un momento de suspensión, que a nada llevaría
un alquiler
por mil doscientos días
Me pasaste el fernet
y la coca estaba fría
en el aire hacía calor
¿Y ahora qué hago con mi vida?
Sentado, en la cocina
mientras todos esperaban
hijo de la embriaguez, dormías
y entre sueños balbuceabas
decías
que no eras feliz con la vida que tenías
Te sacudí, te vi la mirada perdida
¿Y cómo no supe ver
que tenía contada la estadía?
Supongo que me dormí, también
hundí la nariz
en un vaso de agua fría
Me tomé lo que quedaba del fernet
mi cabeza latía
y sonreí a la luna
y te dije que eras mi vida
¿Yo dije eso? repetías
y te acosté en la cama
mientras asomaba un nuevo día
Todo tu reino, todo tu cuarto ordené
como si ordenara mi vida
y me recosté, rendido, a tu lado
a tu cuerpo sin vida
sin saber que ya palpitaba
allá, escondida
la recóndita agonía
de una cuenta regresiva
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