martes, 18 de marzo de 2014

Humanos, todos




Humanos, todos
(por Emilio Nicolás)







Ahora soy yo el que se suspende
con los brazos, por fin flojos
nunca más tensos
y las manos por primera vez
no están sosteniendo
nada

Y mis piernas que soportan los pies que pisan tan fuerte
tan fuerte
que duele
ahora por fin se suspenden también
no hay gravedad
no hay músculos tensos
no hay gravedad

Y con los ojos abiertos contemplo
desde adentro
la cúpula de una basílica invisible construída en la mitad del universo
sin estrellas

A veces no sé si estoy con los ojos cerrados
si las tinieblas me han cubierto
o si me he quedado ciego

Y no hay sonido para  confrontar el enigma
no hay llamado, ni estrella fugaz

Me suspendo

Y río

Soy uno más
Soy uno más, sí
Yo no me salvo, es más
Voy directo al infierno

Y miles de hojas
me rebanan entero
y sigo riendo

Puedo acostumbrarme a esto





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