jueves, 20 de agosto de 2015

A la deriva



A la deriva
(por Emilio Nicolás)






Con la mirada perdida y el cerebro aún bombeando
el reposo no es entero, mis dedos están yendo y viniendo
tocándolo mientras descansa, igual que yo
con los ojos bien abiertos

Y en esta gran cama, que ahora es un barco a la deriva
el aire es denso, como el pantano invisible
sobre el que nos movemos
El cielo es de concreto y llueven trazos
que dibujan la caída
nuestro momento

Por la ventana entra el calor
al cuarto frío que nos arraiga
un par de rocas grita fulgor
yo lo acaricio al falso alba

y nunca vi tanto cabello, tan solo frentes afeitados
ahora enredo mis dedos y miro asombrado
cual niño que juega con el seno de su madre
ya no alimento
sino algo extraño

Y tuerzo los labios y vuelvo a mirarlo
busco en sus ojos lo que sea
algo

Y me mira haciendo lo mismo
"estoy perdido" ambos 
muy callados
nos gritamos

y sigo acariciando su desnudez
sin dejar un segundo 
quieta mi mano
sus brazos dormidos
su vientre cálido
lo miro de nuevo

No te conozco, pero quiero intentarlo
el horizonte está lejos y perdimos el mando
no hay islas cercanas, no hay espejos donde mirarnos
los vellos de tus piernas
tu pecho fornido
tus ojos tan raros
tu aroma extraordinario
mi ilusión hecha pedazos
soy explorador de nuevo
y estoy a la deriva
agarrándote la mano
me siento seguro
y a la vez abandonado
Ahora todo es incierto
me aprietas la mano
y cierro los ojos y apago la sangre
te veo en lo oscuro
y te hago a un lado
sonrío y su lengua
me lame de nuevo
el calor de nuevo
los cuerpos pegados
el barco que zarpa
de nuevo sin mandos
de nuevo perdido
de nuevo viajando
de nuevo yo solo
y me está gustando




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