viernes, 18 de abril de 2014

En lo profundo





En lo profundo
(por Emilio Nicolás)






Ahora que por fin me he sumergido, en ambas manos ya no hay opciones que elegir, ya no hay rastros ni caminos. Me mantengo en medio de la voluminosa masa semitransparente, viéndola ondearse en tranquilas olas de zafiro bajo las calladas aguas mientras giro mi cabeza hacia los costados, para alimentar mis ojos con la gentileza de la forzosa distracción de esferas de aurora luminosa cruzándose en mi camino. Estoy dormido, hundido en el silencio y aunque mis oídos están tapados tengo la sensación de que no estoy solo.

Mis ojos también duermen pero aún así permanecen abiertos. Muevo los brazos, no para salir del embalse sino para mantenerme en medio. Temo descubrirte y asumirte en lo profundo. Temo salir del todo a la superficie y perderte. 

De pronto la ansiedad rompe la calma y estoy seguro de que si rompo la superficie, despierto. Y desde aquí, desde el gris, desde no el blanco ni el negro, me atrevo a mirar hacia arriba para encontrar el final del sueño. Todo se ve blanco, allí no hay zafiros. Y mis ojos se quedan ciegos y no me atrevo a fijarlos de nuevo.

Ahora con miedo, giro hacia abajo para encontrarte también, tranquilamente durmiendo. Lo que más temía. El encuentro en el espacio, el desequilibrio del tiempo. No es justo, si ambos jugamos el mismo juego dormidos. 

Sin embargo vos... vos estás como muerto. 

Y yo... yo dentro de poco termino de ascender solo. 

Yo ya casi despierto. 









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