Amanecer
(por Emilio Nicolás)
Amanecer con este aire frío, pese a que estamos en verano
me hace bien
Amanecer sin que sepas lo que hay dentro de mí
o saber que nunca podrías hacerlo
me hace caminar por el puerto
Amanecer conmigo abajo, acercándome al río en la ciudad
o saberme con las manos en los bolsillos
mientras no hay más que viento
me hace frágil
Amanecer y que sigas siendo un niño
y que yo juege a serlo y me ría de tus chistes
y te vea divertido y me vea preocupado
me hace envejecer
Amanecer a través de mi ventanal mientras me molestan los ojos
mientras toleras poco y te entregas mucho
me hace doler
Amanecer conmigo, parado en el techo
mirando al sol elevarse cien veces
cien veces en el mismo lugar
cien veces en el mismo cielo
y cien veces pasando por aquello
(por esto)
Me hace volver a casa
Amanecer y sentirme único y pesado
sentirme inalcanzable
orgullosamente duro
probándote constantemente
me hace blando
Amanecer y saber que te quedan tantos días
para quejarte de esto y de aquello
y que te entienda y no me entienda
me hace aceptar tu partida
Amanecer y sentir la impotencia
de haber cruzado rostros en el momento y lugar
equivocados
me hace pensar
Amanecer y ver a los recuerdos
evaporarse
la última escalera
frente al último monumento
frente al último subterráneo
Y te da igual
Amanecer con esta hipersensibilidad
tan difícil de manejar para mí
tan difícil de manejar para los demás
y sentir que unos pocos pueden
y otros muchos se ríen
y se van
Amanecer y ver sus huellas, limpiándose con el viento
y ver las mías arraigadas al suelo
Me hace fuerte
Amanecer y no arrepentirme de mis miedos
aunque retarlos cuando se vuelven feos
y ensucian sus caras y tiran por la borda
a mis pasajeros
Amanecer y agarrar mis brazos
mientras queden algunos conmigo
sé que hay algo en mí
que no es incierto
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