jueves, 24 de junio de 2010

Übermensch (Volver el tiempo)




Übermensch
Volver el tiempo
(por Emilio Nicolás)




Y vuelvo entonces al retroceso. Cuando no era más que un adolescente lleno de miedos, o más bien con un miedo grande, uno o dos.

El tiempo.
El vacío.
La soledad.
El espacio.
La libertad.

Y me río mientras presiento que estoy por tener fiebre, las manos están frias por fuera pero por dentro calientes, y dejo a un lado las hojas un momento y me llevo al jardín en medio de la madrugada. Los árboles están haciendo eco de sus gritos y con ellos se agita muy fuerte el viento. Está por llover y cierro los ojos y siento cómo se me vuelan los pelos. Esos viejos tiempos...

Y vuelvo a las hojas y tengo ganas de dibujarte tal como te pienso, como en algunas de las últimas fotos que me quedaron antes de que pongas esa barrera entre nosotros que ya dejó por terminado el juego. Hago esbozos de tu cuerpo con las piernas cruzadas, los codos en las rodillas y con la cara dirigida al suelo. Tus nudillos golpean despacio tus mejillas rojas, bien rojas como el amor que hoy siento. Y podría decir que eres un niño caprichoso antes de acostarse sin cuentos, pero te veo las piernas con vellos y vuelvo a reírme. No sos más que un grandote que no quiere crecer, y sabés que yo soy lo mismo, por eso nunca te animaste a venir por mí en ese invierno.

El dibujo que queda sobre el blanco no se asemeja en nada a tu cara de niño hambriento, con ganas de salir aunque ya haya roto el cascarón y de envolverse con el viento. No, no creo que tenga ganas de envolverse porque nació para ser libre y quizás es por eso que hoy no te encuentro. Y vuelvo a sonreír pero mis ojos se humedecen y me estoy contradiciendo. ¿Qué más da? al fin y al cabo tengo la memoria que por ahora no me falla y puedo volver el tiempo.

Y a veces sin llamarte te aparecés en sueños, y en lugar de mirarte -porque tengo tanto miedo de olvidarte-, disfruto de nuevo de lo que siento. Porque de nuevo soy ese caminante nuevo que recién estrena su calzado y que peca mil veces de ingenuo. Y dejo que tus brazos abracen mi cuerpo y me hagan sentir a salvo al menos por un momento. De nuevo te siento indispensable para atravesar el desierto, te siento ese héroe alemán que me despertaba a la mañana cuando quería seguir durmiendo. De nuevo siento el naranja teñir mis jardines y hasta el techo. De nuevo el calor cuando te da el sol en una mañana en colectivo. Y de nuevo tu imagen solo en el cine, contándome lo que estás viendo.

Y no estás, no porque quiero, quizás lo haya necesitado, pero es tiempo de volver el tiempo. Ya fue suficiente, no me dejes que aún te espero. No sé dónde estarás ni qué estarás haciendo. No sé si ahora estarás despierto o si estarás durmiendo. Y miro el reloj y pienso que los años pasaron tan rápido como una ráfaga que corre detrás de un camión que pasa a toda velocidad y me vuela el cabello. Y así como se fueron pasarán más y vuelve el miedo. Y vuelvo a ser niño y otra vez te llamo en silencio. Me pregunto si moriré sin haberte visto a los ojos y sentir la calidez de tu cuerpo. Estoy casi seguro de que moriré sin haber estado al menos en la misma habitación en la que estés en algún momento. Entonces me aferro al recuerdo y todo lo que hago... es volver el tiempo.





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1 comentario:

  1. De nuevo te siento indispensable para atravesar el desierto

    AJALÁ QUE SE PASE ESTE ESTADO EMI... sabés lo que te quiero.. sabés que vos ya no sos esa persona... querés volver a serlo.. por que de esa manera el te buscaba? seguro tiene hijos lechosos anales ..jajaja hay no.. pero vales mucho y lo ves tan grande en tu ilusión que te sentís pequeño...
    y sos más que eso.. sos una exelente persona.. futuro profesor ..gran escritor...y hermoso en todo sentido...


    si tiene que ser será..

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