viernes, 19 de octubre de 2012

Domingo


Domingo
(por Emilio Nicolás)





Qué día más extraño el de hoy. No termino de comprender el por qué de tantos remolinos para ser estas cuatro paredes el único escenario. Hoy parece, o más bien ocurrió, que estuve realmente solo, dejado por todos y cada uno de mis afectos para volver a vivir lo que antes era parte de mi rutina de cada día: estar solamente conmigo.

Diferentes momentos, diferentes costumbres, diferentes sensaciones del pasado volvieron a mí en diferentes momentos del día. Me recordé a mí mismo ayer, antes de ayer, y antes de antes de ayer. Y lloré, sin entender bien por qué. Pero lloré. Y no comí. Y fumé. Y canté. Y me sentí extraño. Me sentí extraño todo el tiempo. Me reencontré con las palabras y sus correspondientes ecos, con la soledad, con la nostalgia.

Desconozco las razones. Diferentes estados de diferentes  tiempos regresaron, quizás para preguntarme si estoy feliz con quien soy ahora, si alguna parte de mí extraña quien fui alguna vez. Si crecí, o si decrecí. No lo sé. Pero a pesar de que en el fondo le saco provecho, para hablar conmigo, para responderme preguntas, para formular otras, siento una asfixia que de pronto me despierta y me hace dar cuenta de mi repentino encierro en el pasado que no quiero repetir, y quiero salir, quiero volver al presente. No quiero ser de vuelta quien alguna vez fui. No.



-

No hay comentarios:

Publicar un comentario